San Pedro de Atacama: Romance, aventura y descanso en medio del desierto

Atardecer en San PedroEl primer día visitarás un mágico lugar llamado Vallecito. Se encuentra en la Cordillera de la Sal al igual que el Valle de la Luna, por lo que podrás disfrutar de uno de lo atardeceres más bellos del mundo en un onírico escenario. En el lugar se encuentra un antiguo bus abandonado donde podrás tomar magníficas fotografías.Para cerrar el día, nada mejor que cenar en alguno de los restaurantes locales, con preparaciones autóctonas, y en ocasiones acompañados de música en vivo. ¡Disfruta preparaciones imperdibles para todos los gustos!

Termas y SenderismoEl segundo día es turno del descanso y la relajación. A 30 km al norte de San pedro y a 3.475 metros sobre el nivel del mar, se ubican las Termas de Puritama. Sus aguas, que surgen desde la tierra de forma natural a una temperatura aproximada de 33ºC, sanarán tu cuerpo y espíritu rodeado de imponentes paisajes del desierto más árido del mundo.Luego de este momento de descanso, estarás listo para una caminata. Se trata de un trekking de 7 km donde podrás recorrer el túnel del Río Salado, rodeado de enormes muros de roca roja, donde se unen los ríos Salado y Grande dando origen al río San Pedro. Tendrás que caminar sobre el agua mientras observas los petroglifos tallados en sus rocas.

Geysers y Estrellas  Ha llegado la hora de conocer uno de los imperdibles, los Geysers del Tatio, donde el agua y el vapor brotan intensamente desde las profundidades de la tierra. Están a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar, por lo que son los más altos del mundo. El viaje tiene una duración aproximada de hora y media, y su mayor apogeo, cuando la altura de los chorros alcanza hasta 10 metros de altura, es entre las 05:30 y 07:00 de la mañana, por lo que deberás estar dispuesto a partir el viaje de madrugada. Tendrás la oportunidad única de tomar una clase de cerámica con el destacado artista Fernando Alfaro donde podrás aprender algo más de la cultura atacameña. Por la noche es el turno de la observación astronómica, en uno de los cielos más famosos a nivel mundial por la calidad de sus vistas.